Foto: Filo de hoja de papel vista a través del microscopio Seis de enero de 2167. Ignacio cumple cuatro añitos. Por medio de drones correo han llegado desde toda la ciudad paquetes con regalos para el pequeño. El salón esta lleno de cajas sin abrir. La casa parece vacía. Hace tan solo unas horas la alegría inundaba la vivienda y a sus tres ocupantes. Ignacio se había levantado pronto, ansioso por descubrir qué sorpresas le aguardaban. Sus padres habían adoptado una vieja tradición del siglo anterior, en la que tres reyes mitológicos depositaban en las casas regalos para los niños que habían sido buenos. La noche de reyes, tal como se la nombraba, caía precisamente en el seis de enero, el cumpleaños de Ignacio. La ilusión de abrir los paquetes envueltos con papeles de colores vivos había precipitado a Ignacio a hacerlo atropelladamente. ¡Zas! ...
La serendipia es la colisión entre el azar y el conocimiento.