Al ver esta instantánea intento recordar lo que sentía de niña allí arriba en suspensión, volando. Con la seguridad de que mi padre no dejaría que me aplastara contra el suelo. Me gustaba contemplar su tierno rostro desde las alturas, en esa posición privilegiada. Luego sus grandes brazos actuaban contra la gravedad tirando de mí con fuerza, y yo quedaba colgada como una muñeca de trapo. Sentía felicidad, si, era felicidad. Después, fijo mi atención en el edificio del fondo, el que está algo borroso. Esa arquitectura...Si, la foto está hecha en la India, seguro. ¿Habéis tenido la suerte de viajar a ese país? Yo sí, dos veces. Primero al norte y luego al sur. Me sorprendió lo poblado que está. No paras de ver gente, y gente. Vayas donde vayas la ves andando en fila por la carretera con sus bultos y sus animales. Pidiendo limosna, aseándose 《 asearse...es un decir 》 en cualquier riachu...
La serendipia es la colisión entre el azar y el conocimiento.